El presidente de los EE.UU. impuso un nuevo esquema de aranceles a importaciones de más de 60 países. La medida, que afecta también a Argentina, pone en jaque el sistema de comercio multilateral y amenaza con desatar una nueva ola de tensiones económicas globales.
Con un giro rotundo hacia el proteccionismo, Donald Trump anunció esta semana la imposición de un paquete de aranceles sin precedentes, que incluye un impuesto base del 10% a todas las importaciones y aumentos significativos a productos provenientes de más de 60 países. La decisión, que el presidente estadounidense justificó como una respuesta “recíproca” a décadas de “abuso comercial”, genera inquietud en los mercados y tensiones diplomáticas con aliados clave.
El nuevo esquema establece tarifas del 34% para China, 20% para la Unión Europea, 24% para Japón, 25% para Corea del Sur y hasta 49% para Camboya. América Latina no quedó al margen: la mayoría de los países de la región, incluida Argentina, deberá enfrentar aranceles del 10% sobre sus exportaciones. Solo México y Canadá quedaron exentos por pertenecer al T-MEC.
Trump sostuvo que las medidas buscan corregir el creciente déficit comercial estadounidense, que en 2024 trepó a 918.000 millones de dólares. Pero las consecuencias podrían ser mucho más amplias. El riesgo de mayor inflación en EE.UU., caída del comercio mundial y hasta recesión global. En palabras del ex FMI Ken Rogoff fue más lejos: “Esto es una bomba nuclear sobre el sistema comercial internacional”.
En Europa, Asia y América del Sur hubo un rechazo generalizado. China prometió “contramedidas firmes”, mientras que la Unión Europea y otros gobiernos preparan respuestas y evalúan llevar el caso ante la OMC. “Nadie gana en una guerra comercial”, advirtió Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea.
La decisión se inscribe en el regreso de Trump al poder con una agenda nacionalista más radicalizada, y representa el mayor desafío al orden comercial global desde la Segunda Guerra Mundial. La incertidumbre ya se hace sentir en los mercados: las bolsas cayeron y los grandes exportadores como Apple y Nike registraron pérdidas. A nivel geopolítico, se abren interrogantes sobre el futuro de los tratados de libre comercio y la estabilidad económica global.
En el caso de América Latina, la exclusión de México fue interpretada como un gesto estratégico que podría impulsar el nearshoring, pero el resto de la región deberá afrontar mayores barreras para acceder al principal mercado del mundo. En Argentina, el impacto dependerá del tipo de exportaciones alcanzadas por los nuevos tributos, justo en un momento en que el país busca reactivar su perfil exportador.