El agua tiene un curioso efecto sobre la yema de nuestros dedos de pies y manos que es universal. Que se nos arruguen los dedos tras estar mucho tiempo en contacto con el agua es inevitable y hasta hace relativamente poco la ciencia no tenía del todo claro una explicación de por qué ocurría esto.
Pero ahora, los científicos creen tener la respuesta a por qué la piel de los dedos de las manos y de los pies se arruga como una ciruela vieja cuando las ponemos un tiempo bajo el agua.
Las pruebas de laboratorio confirmaron una teoría según la cual los dedos arrugados mejoran nuestro agarre sobre objetos mojados o sumergidos, ya que actúan canalizando el agua como los neumáticos para lluvia que usan los autos de carrera.
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La gente suele suponer que las arrugas son el resultado del paso de agua a la capa exterior de la piel y la hace hincharse. Pero los investigadores saben desde la década de 1930 que este efecto no se produce cuando hay daño en los nervios de los dedos.
Esto indica que el cambio es una reacción involuntaria del sistema nervioso autónomo del cuerpo, el sistema que también controla la respiración, la frecuencia cardíaca y la transpiración. De hecho, las arrugas distintivas son causadas por la constricción de los vasos sanguíneos debajo de la piel.
En 2011, Mark Changizi, neurobiólogo evolutivo de 2AI Labs en Boise, Idaho, y sus colegas sugirieron que las arrugas, al ser un proceso activo, deben tener una función evolutiva . El equipo también demostró que el patrón de arrugas parecía estar optimizado para proporcionar una red de drenaje que mejoraba el agarre. Pero hasta ahora, no había pruebas de que los dedos arrugados realmente ofrecieran una ventaja.
En el último estudio, los participantes recogieron objetos húmedos o secos, incluidas bolitas de diferentes tamaños, con las manos normales o con los dedos arrugados después de sumergirlos en agua tibia durante 30 minutos.
Los sujetos fueron más rápidos al recoger canicas húmedas con los dedos arrugados que con los secos, pero las arrugas no supusieron ninguna diferencia para mover objetos secos.
Esto implica que los dedos arrugados podrían haber ayudado a nuestros antepasados a recolectar alimentos de la vegetación húmeda o de los arroyos, añade Smulders. El efecto análogo en los dedos de los pies podría ayudarnos a mantenernos en mejores condiciones cuando llueve.