Durante la conducción cotidiana, los estímulos que rodean a los conductores son múltiples y constantes: peatones que cruzan sin mirar, ciclistas que circulan entre autos, un tránsito urbano cada vez más agresivo y desordenado.
Sin embargo, hay una amenaza silenciosa que crece y se consolida como una de las principales causas de siniestros viales: el uso del celular al volante, donde provoca el 17% de los accidentes de tránsito y el 8% de los siniestros fatales se produjeron por distracciones de ese calibre.
Lejos de ser una exageración o una advertencia vacía, los datos y la experiencia diaria muestran que el celular ya no es solo un dispositivo de comunicación, sino que se ha convertido en un verdadero distractor crónico, al punto de parecer una herramienta “indispensable” para manejar. Revisar un mensaje, desbloquear la pantalla o contestar una llamada no solo quita la vista del camino, también interrumpe el procesamiento mental y reduce drásticamente la capacidad de respuesta frente a imprevistos.
“Para tener una referencia concreta: mirar el celular por solo 3 segundos mientras se circula a 40 km/h implica recorrer 33 metros a ciegas. Esa breve distracción puede ser la diferencia entre frenar a tiempo o protagonizar un choque por alcance, una maniobra riesgosa o, en el peor de los casos, una tragedia” explica Pablo Azorin, consultor de seguridad vial.
El celular y la “ceguera vial”
Incluso cuando no hay siniestros de por medio, la distracción se manifiesta de maneras cotidianas: autos que no arrancan cuando el semáforo pasa a verde, maniobras erráticas, frenadas bruscas, falta de atención a señales, ciclistas o peatones. La dependencia del celular genera una especie de “ceguera vial” momentánea, donde el conductor desconecta por completo su atención del entorno.
Frente a este panorama, la responsabilidad de prevenir no puede recaer únicamente en el conductor. Desde el sector privado hasta el público, se deben impulsar campañas de concientización, normas internas de conducción en las empresas, planes de seguridad vial y, sobre todo, controles que generen una verdadera percepción de riesgo y consecuencia frente a estas conductas.
4 pasos simples para una conducción más segura
Frente a este contexto, se recomienda incorporar hábitos que ayuden a reducir la exposición al celular mientras se maneja. Aquí, una guía práctica de prevención:
- Silenciar el celular antes de iniciar el viaje para evitar que las notificaciones se conviertan en distracciones.
- Activar respuestas automáticas que informen a quien llama o envía mensajes que el conductor está manejando y responderá más tarde.
- Planificar el viaje con pausas programadas: conducir durante 2 o 3 horas y hacer descansos de entre 15 y 20 minutos para chequear mensajes o realizar llamadas.
- Configurar el GPS con el vehículo detenido, en un lugar seguro, antes de iniciar el recorrido.