Uruguay eligió este domingo a Yamandú Orsi como su próximo presidente, marcando el regreso del Frente Amplio al poder tras un período de gobierno del centroderechista Partido Nacional.
Orsi obtuvo el 49,84% de los votos, mientras que su adversario, Álvaro Delgado, alcanzó el 45,87%, en un resultado que contradijo pronósticos previos y consolidó a la izquierda moderada como la opción preferida por los uruguayos.
La elección fue una de las más seguidas de los últimos años, con una participación del 81,2% del padrón electoral. En la primera vuelta, Orsi había obtenido el 43,92% frente al 26,7% de Delgado, quien en la segunda vuelta sumó los apoyos de otras fuerzas políticas, alcanzando el 47,7% en conjunto. Sin embargo, el Frente Amplio logró imponerse con una campaña que apeló a la tradición progresista del país y ofreció un mensaje de esperanza en un contexto regional marcado por tensiones políticas y económicas.
Desde el Frente Amplio, la victoria fue celebrada como un retorno a los valores históricos de la izquierda uruguaya. Orsi agradeció el apoyo recibido y envió un mensaje a los votantes indecisos: “No pierdan la esperanza, la política vale la pena”.
El nuevo gobierno enfrentará el desafío de gobernar en un contexto regional complejo, con vecinos como Argentina y Brasil marcando agendas políticas muy distintas. El expresidente José “Pepe” Mujica, referente histórico del Frente Amplio, ya anticipó que las relaciones con el gobierno de Javier Milei en Argentina serán complicadas: “Hay que tratar de que sean lo mejor posible, pero es difícil”.
En conclusión, la victoria de Yamandú Orsi marca un nuevo capítulo en la historia política de Uruguay, con el regreso de la centroizquierda al poder y la promesa de gobernar con un tono moderado, respetando las tradiciones democráticas del país. Con desafíos tanto internos como en el escenario internacional, su mandato será observado de cerca en toda la región.
