La divisa oficial se mantiene cerca del piso de la nueva banda cambiaria. El ingreso de dólares del agro y el interés financiero por el carry trade sostienen la calma.
A siete días del levantamiento del cepo cambiario, el tipo de cambio oficial sorprende por su estabilidad. El dólar mayorista se ubica apenas por encima de los $1000, rozando el piso de la banda de flotación que definió el Banco Central ($1000–$1400). En algunas ruedas, incluso, llegó a operar por debajo de los niveles del 14 de abril, cuando se anunció el fin del cepo.
Esta tranquilidad se explica por dos factores clave: el primero es el comienzo de la liquidación de la cosecha gruesa, que promete ingresar más de USD 20.000 millones en los próximos meses, y que esta semana empezó a notarse en el mercado. El segundo es la expectativa de entrada de capitales del exterior atraídos por las tasas en pesos.
JP Morgan, en su último informe, recomendó a inversores extranjeros posicionarse en LECAPs con vencimientos cortos, apostando al carry trade. Esto implica traer dólares, cambiarlos por pesos, invertirlos a tasas reales positivas, y recomprar divisas más adelante, generando ganancias en moneda dura.
Por ahora, el equilibrio entre oferta de dólares comerciales y financieros sostiene la calma. Pero la clave será la consistencia de los ingresos y la continuidad de la disciplina fiscal y monetaria. El mercado, mientras tanto, observa un dólar que, lejos de dispararse, parece más cerca de testear el piso de la banda cambiaria.
