La cadena francesa de artículos deportivos está a punto de concretar su regreso al mercado argentino, tras veinte años de ausencia.
Después de dos décadas fuera del mercado argentino, Decathlon, la icónica cadena francesa de artículos deportivos, está lista para regresar y dar pelea. El primer paso será abrir una tienda insignia en Buenos Aires, pero los planes no terminan ahí: el objetivo es llegar a tener entre 20 y 30 locales en todo el país.
La vuelta estará a cargo de Grupo One, liderado por el empresario argentino Manuel Antelo y el matrimonio de Sabine Mulliez y Pedro Aguirre Saravia. Mulliez forma parte de la familia detrás de Decathlon y otros gigantes del retail como Leroy Merlin y Auchan, mientras que Aguirre Saravia, también argentino, cuenta con experiencia en el manejo de fondos de inversión. Este grupo ya maneja la marca en Uruguay y Paraguay, con locales en Montevideo y Asunción.
Pero Decathlon no llega sola. Grupo One también evalúa traer otras marcas del universo Mulliez, como Kiabi, enfocada en indumentaria casual, y Naterial, dedicada a muebles y decoración. El objetivo es consolidarse rápidamente como un jugador importante en el mercado local, tanto en shoppings como en locales a la calle.
Desde el punto de vista económico, la llegada de Decathlon promete dinamizar el mercado local, elevando la competencia en sectores clave como indumentaria deportiva y artículos de fitness. Esto podría traducirse en una mayor oferta de productos de buena calidad a precios más accesibles, reduciendo la presencia de oligopolios y beneficiando directamente a los consumidores. Al fomentar un mercado más competitivo, la marca también contribuirá a fortalecer el poder adquisitivo de las personas, ayudando así a las personas que no pueden viajar al exterior para conseguir artículos deportivos de buena calidad.